Capítulo 3 – Techo, envoltura y revestimiento
Un techo sobre la cabeza. ¿Cuántas veces hemos oído esa frase como metáfora que significa que una persona tiene seguridad, comodidad y esperanza en el futuro? Mientras reflexionas, piensa en el número sesenta y seis. Contando la casa de Habitat en construcción para la familia González, ese es el número de techos que Washington Roofing ha donado a lo largo de los años. Si juntamos las dos cosas, el resultado es muy bueno.
¿Cómo surgió tanta generosidad? Harold Washington, antiguo propietario de segunda generación y homónimo de Washington Roofing, inició la tradición allá por los años 90. A él y a su esposa Christine les encantó la idea de exigir a los propietarios que invirtieran en su propia casa -dándoles una mano en vez de una limosna- y de ayudar a futuros propietarios.
Aunque Harold se ha dedicado a otras actividades, Virginia Carlson, directora administrativa y copropietaria de Washington Roofing, continúa con la tradición de la empresa de apoyar a Hábitat. Cuando se le pregunta por qué, responde: «Apoyamos a Hábitat porque Hábitat apoya a nuestra comunidad». Continúa diciendo que Washington Roofing se ha comprometido a retribuir a la comunidad porque la comunidad invirtió en Washington Roofing.
Pero dar a la comunidad no es nada nuevo para Virginia. Fue voluntaria de Habitat fuera de Oregón, ayudando en un Women’s Build. Cuando se trasladó a McMinnville, quiso seguir aportando su contribución personal y establecer contactos. Una de esas conexiones resultó ser la familia Wolff, y ver lo implicados que estaban en Habitat la inspiró aún más. Eric Wolff, cuñado de Harold Washington, completó la conexión y consiguió el compromiso.
Cuando se le pregunta cuál es el acontecimiento de Hábitat que más recuerda, Virginia dice que no puede reducirlo a uno solo. «Todos son memorables», afirma. «Ayudar a la comunidad es lo mismo que ayudar a nuestra familia, y siempre me siento humilde de que me permitan trabajar junto a una organización tan grande».
Scott Daniels, presidente de Washington Roofing, añade que la empresa ha contribuido a diversas organizaciones de la ciudad, comprando comidas para comedores de beneficencia, ayudando en recaudaciones de fondos, contribuyendo a becas y trabajando como voluntaria en escuelas locales. «Nuestras donaciones benéficas se basan en las relaciones», afirma.
Por supuesto, el tejado de una casa también necesita apoyo, lo que nos hace pensar en nuestros voluntarios de la construcción. Wanda Cochran ha estado construyendo casas de Habitat durante diez años, siendo la casa Gonzalez la última. Wanda empezó a trabajar como voluntaria en Portland y luego se trasladó a McMinnville, donde ha trabajado en siete viviendas hasta la fecha. Con toda esa experiencia, ¿cuál es su parte favorita? «Es divertido cuando entran las vigas», dice. «Siempre da la sensación de que ahora estamos llegando a alguna parte».
Y aquí llega Washington Roofing para completar el trabajo.
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